Muchas mujeres sienten melancolía después de haber dado a luz. Aunque es muy frecuente utilizar la etiqueta de depresión postparto para definir a la madre que se siente triste y un poco ansiosa las primeras semanas tras el nacimiento de su bebé, el “baby blues” y la depresión postparto son dos alteraciones del estado de ánimo diferentes.
El síndrome del “baby blues” o tristeza postparto es una alteración emocional que conlleva sentimientos de tristeza, irritabilidad, frecuentes ganas de llorar, angustia y cambios de humor que suele durar un par o tres de semanas. La depresión postparto, en cambio, es un estado depresivo más prolongado en el tiempo que se caracteriza por irritabilidad y ansiedad, alteraciones del apetito, sentimientos de culpabilidad, falta de concentración, incapacidad para disfrutar, alteraciones del sueño y retraimiento. Además, puede presentar otros síntomas como sentimientos negativos hacia el bebé, incapacidad de cuidar de sí misma o del bebé y preocupación exagerada por el bebé o falta de interés hacia él.
La importancia de saber diferenciar el “Baby blues” de la depresión postparto radica en que la depresión postparto es un trastorno que puede llegar a ser muy grave y requiere tratamiento especializado. Sin embargo, el “Baby blues” es una alteración leve que remite por sí sola. Diferenciarlos bien es esencial para actuar de forma adecuada ante uno u otro. En cualquier caso, no se trata de ninguna enfermedad que no tenga solución.
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